Existen numerosos materiales de relleno utilizados en la práctica diaria.
Sus indicaciones en la mayoría de los casos, se asocian con fines cosméticos, sobre todo como herramienta terapéutica para el rejuvenecimiento facial. Entre estos últimos se encuentran:
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la atenuación de surcos y rítides (arrugas),
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el cambio de volumen y forma de los labios, pómulos, etc.
Existen también, sin embargo, indicaciones médicas, como en la lipoatrofia facial o ante la necesidad de restauración volumétrica por diversas causas (traumas, infecciones, etc.)
. La evaluación del paciente, sus motivaciones, la elección del filler (relleno), las preferencias del médico, la explicación de la cronología del tratamiento, entre otros, será aclarada en cada caso.
Siempre deberá explicarse que a pesar de que pueden obtenerse excelentes resultados (sobre todo en combinación con otras modalidades, Botox por ej.), no representan ni excluyen la necesidad de un tratamiento quirúrgico.
Los MATERIALES DE RELLENO son muy variados. Algunos ejemplos de ellos son:
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el ácido hialurónico (ej.: Restylene®),
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el colágeno (ej.: Zyplas ®, Cosmoder®),
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la hidroxiapatita de calcio (ej.: Radiesse®),
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la poliacrilamida (Aquamid®),
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Polímeros de dimetilsiloxane (silicona),
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el lipoinjerto autólogo (tejido graso propio del paciente),
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entre muchos otros.
Según los datos aportados por la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, más del 85% de los materiales de relleno se realiza con Ac. hialurónico (o derivados de éste). Esto se debe al perfil seguro que tiene, la facilidad en su aplicación y a los buenos resultados.
Mientras tanto, en el aspecto reconstructivo, el lipoinjerto autólogo en sus diversas formas, va ganando terreno cada vez más.
Es fundamental elegir el producto más adecuado para cada persona (o zona anatómica a tratar), así como, la cantidad que debe inyectarse.
Son indispensables:
• Historia clínica detallada
• Una valoración pre-quirúrgica completa. La misma incluirá:
el estudio bioquímico del paciente y un electrocardiograma con su correspondiente valoración cardiovascular
• Estudio fotográfico
A partir del cual determinar, junto al examen físico, las características que presenta la rinodeformidad en cuestión
• Estudios complementarios
De acuerdo a las necesidades se realizaran estudios de imagen (ej. Tomografía axial computarizada) o funcionales complementarios
La misma se realiza generalmente bajo anestesia general, asociada a anestesia local tumescente. Hay ocasiones es que puede realizarse con total seguridad, así también, una sedación profunda más la anestesia local.
Habitualmente la cirugía se realiza a través de incisiones nasales internas, no visibles, a través de las cuales podemos corregir los defectos anatómico-funcionales nasales, otorgándole armonía estructural y funcional a la nariz, en relación con el resto de la cara. Existen sin embargo circunstancias (deformidad nasal asociada al labio-paladar hendido, “punta dificultosa”, entre otros) en que una incisión en la base nasal se hace necesaria. Esto último se denomina “abordaje abierto” y deja como resultante una cicatriz en la base nasal, la que es casi imperceptible tras su evolución. Este tipo de abordaje tiene en la actualidad total vigencia en casos seleccionados
Promedia entre 1 a 2 horas dependiendo de la rinodeformidad.
Es indoloro y precisa del uso de una pequeña férula (yeso) por 7 días.
Es ambulatoria, es decir, requiere solo de algunas horas de internación hasta el alta.
Es rápido pero, al igual que muchas intervenciones, el resultado final de la intervención requiere meses.