La cara, debido a su exposición al medio ambiente y al constante efecto de la gravedad, sumado a factores hereditarios, alimentarios y el estrés, sufre cambios con el paso de los años. Hay un aumento de la flacidez cutánea y de las líneas de expresión, así como, cambios en los depósitos grasos y la estructura ósea. Estos son solo algunos de los procesos biológicos que forman parte de la dinámica del envejecimiento y que llevan a personas que alcanzan determinada edad, a diferentes grados de disconformidad, ansiedad y cambios en su autoestima.
La ritidectomía facial (o lifting cervico-facial) es el procedimiento a partir del cual, se realiza la corrección de la posición de las estructuras faciales profundas, así como, el tensado adecuado de la piel.
Al igual que con otros procedimientos, el doctor en consulta, le explicará en detalle todo lo asociado a su intervención, así como, las posibles alteraciones del curso postoperatorio y su correspondiente reorientación.
Reposicionar y tensar las estructuras faciales ptósicas (“caídas”), así como distribuir y adecuar el tensado de la piel, generando características propias de un rostro rejuvenecido.
Son indispensables:
• Historia clínica detallada
• Una valoración pre-quirúrgica completa. La misma incluirá:
el estudio bioquímico del paciente y un electrocardiograma con su correspondiente valoración cardiovascular
• Estudio fotográfico
• Estudios complementarios según antecedentes
En la mayoría de los casos una ritidectomía o lifting facial se realiza mediante una anestesia local tumescente además de una sedación profunda, que permite trabajar con total seguridad y confort para el paciente. Así también puede utilizarse anestesia general. La decisión del tipo de anestesia se toma conjuntamente con el paciente.
Las incisiones de esta operación se realizan en el cuero cabelludo (o en la transición de la línea de implantación capilar) en las región temporal y rodeando la oreja. A través de este abordaje se pueden alcanzar las diferentes zonas a tratar, logrando reposicionar estructuras, redistribuir cúmulos grasos y tensar la piel.
Promedia las 2-3 horas aunque los tiempos varían si se asocia el procedimiento a otros frecuentemente complementarios (ej.: blefaroplastia)
No suele presentarse dolor alguno. La evolución es bien tolerada. Puede presentarse algo de edema que será disminuido con medicación y frío local.
Requiere de algunas horas de internación y control posoperatorio hasta el alta.
Alrededor de 1 a 2 semanas. Al igual que muchas intervenciones, el resultado final de la intervención requiere incluso meses.