La hipertrofia mamaria en la mujer (macromastia o gigantomastia en sus diferentes grados), es una alteración mamaria frecuente, donde el exceso de volumen y por consiguiente del peso mamario, van a ocasionar una serie de trastornos, representados por una gran variedad de síntomas y signos. Entre estos se pueden destacar:
1. Dolor en columna vertebral, fundamentalmente cervical y dorsal, con irradiación frecuente a brazos. (en ocasiones la mala postura que adoptan estas pacientes para ocultar su exceso de volumen mamario, agrava aún más dichos dolores).
2. Dolor mamario y molestias que se ven acentuadas durante la menstruación.
3. Molestias el surco submamario, que se acentúa con el calor y muchas veces se acompañan de micosis.
4. Surco doloroso en la región clavicular, consecuencia de la presión que ejerce el bretel del corpiño.
5. Trastornos psíquicos originados por el rechazo a la alteración mamaria, que muchas veces condicionan la vida de estas pacientes.
Al igual que con otros procedimientos, el doctor en consulta, le explicará en detalle todo lo asociado a su intervención, así como, las posibles alteraciones del curso postoperatorio y su correspondiente reorientación.
Excede los parámetros de “cirugía estética” para representar una verdadera “cirugía funcional”, con una notable mejoría en la calidad de vida de las pacientes.
Reducir el volumen con una forma estéticamente adecuada y manteniendo la función de la mama. Esto llevará al alivio de los síntomas dolorosos como así también, a las mejorías en la esfera psíquica-social y personal de la paciente.
Para lograr estos objetivos, los diferentes procedimientos quirúrgicos deben asegurar la irrigación del complejo areola-pezón, del remanente glandular y cutáneo y además tratar conservar la sensibilidad y el potencial de capacidad de lactancia.
Son indispensables:
• Historia clínica detallada
• Una valoración pre-quirúrgica completa. La misma incluirá:
el estudio bioquímico del paciente y un electrocardiograma con su correspondiente valoración cardiovascular
• Estudio fotográfico
• Estudios mamarios complementarios (a valorarse según antecedentes)
• Estudios generales complementarios (a valorarse según antecedentes)
En la mayoría de los casos se realiza una anestesia local tumescente además de una sedación profunda. Esto permite trabajar con total seguridad y confort para el paciente. Así también puede utilizarse anestesia general. La decisión del tipo de anestesia se toma conjuntamente con el paciente.
Dependiendo del grado de ptosis mamaria (“seno caído”) resultará la elección de la técnica a utilizar. Consecuentemente a la misma, la determinación de las cicatrices que dejara el proceso. Existen muchas variantes, sin embargo, en la mayoría de los casos, resulta necesaria alguna de las siguientes:
Promedia las 2 o 3 horas, aunque los tiempos varían de acuerdo a la magnitud de la ptosis y la técnica elegida.
La evolución es muy bien tolerada. Pueden presentarse en las primeras 24 a 48 horas, algo de discomfort en el área operada, edema y/o hematoma cutáneo, de curso totalmente benigno, que serán controlados con la medicación.
Es de carácter ambulatorio, es decir, requiere de algunas horas de internación y control postoperatorio, hasta el alta en el mismo día.
Las actividades cotidianas personales no se ven modificadas. Se sugieren sí, no realizar esfuerzos con los brazos (ej. levantar objetos pesados). El retorno a las actividades laborales dependerán del tipo de trabajo. Al igual que muchas intervenciones, el resultado final de la operación requiere incluso meses.