El lifting cervical (o de cuello) es la intervención mediante la cual se busca rejuvenecer esta zona del cuerpo tan proclive a los cambios que apareja el envejecimiento: arrugas y excedente de piel. A la producción de estos cambios en la piel se le suman los cambios en la calidad de los tejidos profundos, por ej. musculares. Son un proceso común del paso de la edad. A partir de los 40 años es cuando el envejecimiento comienza a afectar al cuello y en algunos casos, dependiendo de diferentes variables, fundamentalmente la estructura de la mandíbula y los hábitos alimenticios y tóxicos del paciente, avanzará con mayor o menor notoriedad.
Al igual que con otros procedimientos, el Doctor Isola en consulta, le explicará en detalle, todo lo asociado a su intervención, así como, las posibles alteraciones del curso post-operatorio y su correspondiente re-orientación.
Corregir la tensión de la musculatura superficial del cuello y eliminar el excedente de piel y grasa (si fuere necesario) para mejorar la angularidad del cuello y el reborde mandibular.
Son indispensables:
Historia clínica detallada
Una valoración pre-quirúrgica completa, donde la misma incluirá:
Esta operación se realiza normalmente bajo sedación endovenosa profunda más la anestesia local. Así también puede realizarse bajo anestesia general. Estas representan modalidades anestésicas muy seguras y confortables para el paciente y el cirujano.
Esta operación precisa la realización de una incisión cuya longitud dependerá de si el lifting de cuello a realizar se acompañe de un lifting facial o no (siendo esta última opción es la más frecuente). En este caso se necesita una incisión que recorre (de arriba hacia abajo): la línea de implantación del cabello a nivel de la sien, bordeando la patilla y alrededor de la base de implantación de la oreja, extendiéndose al borde de implantación del cabello de la parte lateral de la nuca en diferentes grados (dependiendo del grado de flaccidez cervical).
Entre 1 a 3 hs inclusive (El mismo puede variar de acuerdo a al caso)
La intervención se realiza en forma ambulatoria, es decir, requiere un periodo de control con una internación de algunas horas hasta el alta. Como toda intervención produce inflamación y edema de la cara y el cuello que puede perdurar varios días. Es de suma importancia el seguimiento de una serie de medidas postoperatorias, entre ellas: reposo de actividades, frío local, curaciones adecuadas y drenajes linfáticos de la zona. Así también se recomienda dormir con la cabeza y cuello elevados.
La recuperación del paciente es rápida, así como su re-integración socio-laboral aunque la valoración del resultado final suele necesitar varias semanas.